La Lonja de la Seda, también llamada Lonja de los Mercaderes, es uno de los monumentos más emblemáticos de Valencia. De hecho, está considerada como una obra maestra del estilo arquitectónico gótico civil valenciano. Se ubica en la plaza del Mercado y justo enfrente del Mercado Central y de la Iglesia de los Santos Juanes. Es Patrimonio de la Humanidad desde 1996 y aquí queremos hablarte de ella en profundidad.
Historia y contexto de la Lonja de la Seda
El proyecto de construcción de la Lonja de la Seda de Valencia o Lonja de los Mercaderes fue obra de Francesc Baldomar. Este arquitecto dio comienzo a las obras entre los años 1470 y 1471. Sin embargo, al fallecer en 1476, las obras se detuvieron. No fue hasta transcurridos 5 años (1481) cuando sus discípulos, Joan Ivarra y Pere Compte, pudieron reanudarlas y terminarlas sobre los documentos originales. De dicho proyecto también surgió la Lonja de Palma de Mallorca, lo que prueba la influencia de la burguesía de la región en la época.
La Lonja de los Mercaderes fue un símbolo del esplendor de Valencia durante el siglo XV y como un reclamo para atraer a los comerciantes. Sin embargo, con el descubrimiento de América en 1492, la economía local sufrió enormemente ya que los centros de comercio fueron traspasados del Mediterráneo al Atlántico.
Pero, ¿por qué se llama Lonja de la Seda? Muy fácil. Entre los siglos XIV y XVIII, la venta y el tratamiento de los tejidos de seda conformaban la industria más potente de Valencia. De hecho, cuando las obras concluyeron en 1486, se estima que en la ciudad había 293 maestros sederos registrados oficialmente en el territorio. Sin embargo, originalmente, el edificio fue conocido simplemente como Lonja de los Comerciantes. No fue hasta el siglo XVII cuando recibió la denominación actual. En esa época, 25 000 personas se dedicaban a esa industria y había más de 3000 telares censados.
Construcción de la Lonja de la Seda de Valencia
La Lonja de los Mercaderes o Lonja de la Sede fue una obra monumental para la época. Comenzó en 1471 y finalizó en 1486. Para empezar, los arquitectos tuvieron que derruir un total de 25 casas próximas al Mercado Central, con los problemas de reubicación y protestas vecinales que ello supuso. Esto, unido a la falta de materiales, provocó que la primera piedra no se colocase hasta el 5 de febrero de 1483.
Las gárgolas de la Lonja de los Mercaderes
Sin duda, las gárgolas de la Lonja de los Mercaderes se han convertido en el principal símbolo del monumento. De estilo gótico, fueron talladas en piedra con multitud de detalles asombrosos. Además, están cargadas de buen humor. En total, hay 28 repartidas por diferentes puntos del edificio. El objetivo original de dichas gárgolas era el de desaguar la lluvia de los tejados y llevarla hasta el suelo. Representan a monstruos, animales fantásticos y personas en actitud indecorosa o satírica.
Lonja de la Seda, Patrimonio de la Humanidad
En 1931, la Lonja de la Seda fue declarada Monumento Nacional por el Gobierno de la II República. Esta distinción se mantuvo durante el período de dictadura de Francisco Franco (1939-1975) y se mantuvo así hasta el 5 de diciembre de 1996. En esa fecha, la Lonja de los Mercaderes fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Especial mención hace el organismo a sus fachadas, que son fiel representación del gótico tardío mediterráneo, a sus medallones renacentistas y a sus gárgolas.
Descripción interior de la Lonja de los Mercaderes
En el interior de la Lonja de la Seda es posible distinguir cuatro grandes espacios dignos de una visita:
- La sala de contratación o salón columnario. Recibe esta denominación por disponer de 8 impresionantes columnas helicoidales que van desde el suelo hasta el techo, que se ubica a 17,4 metros de altura. Este posee forma de bóveda. En total, la sala está formada por 5 naves transversales con un fondo de 35,6 metros y un ancho de 21,4 metros. Especial mención merecen también los arcos conopiales.
- La torre. El elemento más característico de la Lonja de la Seda vista desde fuera. Además, también cuenta con varias gárgolas. Es cuadrangular y mide una tercera parte más que el resto del edificio. Fue restaurada a finales del siglo XIX, momento en el que se le añadieron los merlones.
- El Patio de los Naranjos. Es el nombre que recibe el jardín de la Lonja de los Mercaderes. Se accede a él a través de la sala de contratación y está repleto de figuras escultóricas. En él no solo hay naranjos, sino también cipreses. Un lugar perfecto para descansar.
- El Consulado del Mar. Se ubica a la izquierda del Patio de los Narajnos. Data del año 1238 (se conservó durante las obras) y era el lugar en el que los jueces se reunían para resolver disputas mercantiles y marítimas propias de la ciudad.
En definitiva, la Lonja de la Seda o Lonja de los Mercaderes es un lugar imprescindible para cualquiera que visite Valencia.